lunes, 23 de abril de 2012

ORIENTACIÓN VOCACIONAL

HISTORIA DE UNA LATA


Las personas somos como una lata de hojalata, nacemos y, al igual que ella, comenzamos nuestra historia.
Cada individuo, a diferencia de la lata que nace con una función específica, puede elegir la función que quiere desempeñar en su vida. Aquí, es donde interviene el psicopedagogo a través de la orientación profesional y académica, orientación vocacional.
Con cada situación o función, experimentamos unos sentimientos determinados que cambiarán conforme el contexto vaya influyendo en nosotros. Alegría, felicidad, ilusión, pero esas emociones un día pueden cambiar y sentir tristeza e incluso vacío. La primera función del psicopedagogo es ayudar a la persona a identificar esos sentimientos que predominan según la actividad que realice para que comprenda qué es lo que realmente desea.
Cuando los sentimientos negativos inundan a la persona lo más importante es seguir manteniendo una llama de ilusión y optimismo por conocer la nueva función que nos tocará desempeñar y que nos haga otra vez sentir alegría y felicidad. Esa nueva función hará que nazca en nuestro interior algo  positivo otra vez.
Lo importante en cada situación es saber reconocer las emociones que ésta nos causa, saber transmitirlas y no tener miedo al cambio.
Como psicopedagogos que somos, tenemos que educar tanto a niños como padres y tutores en la importancia de expresar y detectar las emociones, de educar en una inteligencia emocional y vivir de acuerdo con ellos mismos. El cambio, el reciclaje, nos puede hacer realmente felices y aporta diferentes perspectivas desde donde mirar la vida.

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